sábado, 25 de diciembre de 2010

El Gran Reto

El gran reto

Teníamos una clase después de vacaciones de invierno.

Como la mayoría de los alumnos había viajado aprovechando el feriado prolongado, todos estaban ansiosos para contar las novedades a los compañeros y la excitación era general.

Un viejo profesor entró en el salón e inmediatamente percibió que iría a tener trabajo para conseguir silencio.

Con gran dosis de paciencia intentó comenzar la clase:

-¿Nos callamos?...
Nada…

Con cierto recato, el profesor volvió a pedir silencio educadamente.
No resultó.

Ignoramos la solicitud y continuamos firmes con la conversación.
Ahí fue que el viejo profesor perdió la paciencia y nos retó, como nunca había visto antes...

Dijo lo siguiente:

-Presten atención porque voy a decir esto por única vez… -dijo, levantando la voz-.

Un silencio de culpa se instaló en todo el salón.

El profesor continuó:

-Desde que comencé a enseñar, hace ya muchos años, descubrí que los profesores, trabajamos con el 5% de los alumnos de una clase.

En todos estos años observé que de cada cien alumnos, apenas cinco son realmente aquellos que hacen alguna diferencia en el futuro, apenas cinco se vuelven profesionales brillantes y contribuyen de forma significativa para mejorar la calidad de vida de las personas.

El otro 95% solo sirve para hacer volumen. Son mediocres y pasan por la vida sin dejar nada útil.

Lo interesante es que este porcentaje vale para todo el mundo. Si ustedes prestan atención notarán que de cien profesores, apenas cinco son aquellos que hacen la diferencia; de cien camareros, apenas cinco son excelentes; de cien choferes, apenas cinco son verdaderos profesionales; y podría generalizar más: De cien personas, apenas cinco son verdaderamente especiales.

Es una pena muy grande no tener como separar este 5% del resto, pues si eso fuera posible, dejaría apenas los alumnos especiales en este salón y mandaría a los demás afuera. Entonces tendría el silencio necesario para dar una buena clase y dormiría tranquilo por haber invertido en los mejores.

Pero desgraciadamente no hay como saber cuáles de ustedes son esos alumnos. Sólo el tiempo es capaz de mostrar eso. Por lo tanto, tendré que conformarme e intentar dar una clase para los alumnos especiales, a pesar del desorden que está siendo hecho por el resto.

Claro que cada uno de ustedes siempre puede elegir a cual grupo pertenecerá.

Gracias por la atención y vamos a la clase de hoy.


No es preciso decir el silencio que se hizo en la clase y el nivel de atención que el profesor consiguió después de aquel discurso. El reto nos toco a todos, pues mi curso tuvo un comportamiento ejemplar en todas las clases de Fisiología durante todo el semestre. Al fin y al cabo, ¿A quién le gustaría, espontáneamente, ser clasificado como “Parte del resto”?

Hoy no recuerdo muchas cosas de las clases de Fisiología, pero del reto del profesor nunca mas me olvidé. Para mí, aquel profesor fue uno de los del 5% que hicieron la diferencia en mi vida. De hecho, percibí que el tenía razón y, desde entonces he hecho todo para estar en el grupo de los del 5%, pero, como dijo él, no hay cómo saber si estamos yendo bien o no, sólo el tiempo dirá a qué grupo pertenecemos.

Sin embargo, una cosa es cierta: Si no intentamos ser especiales en todo lo que hacemos, si no intentamos hacer todo lo mejor posible, seguramente seremos… “PARTE DEL RESTO

Autor Desconocido.

Recopiló: Guillermo Lora Santos - Tipster
diciembre 2010.

lunes, 22 de noviembre de 2010

La mejor maestra


La Mejor Maestra

El primer día de clase, la señorita Ángela, maestra del último curso de Infantil, les dijo a todos sus alumnos que a todos quería por igual. Pero eso no era del todo cierto, ya que en la primera fila se encontraba, hundido en su pupitre, Juan García, a quien la profesora Ángela conocía desde el año anterior y había observado que era un niño que no jugaba bien con los otros niños, que sus ropas estaban desaliñadas y que necesitaba constantemente de un buen aseado.

Con el paso del tiempo, la relación entre la profesora y Juan se volvió desagradable, hasta el punto que ésta comenzó a sentir una preocupante antipatía por este alumno.

Un día, la dirección de la escuela le pidió a la señorita Ángela revisar los expedientes anteriores de cada niño de su clase para así comprobar su evolución. Ella puso el expediente de Juan el último, dudando incluso de leerlo. Sin embargo, cuando llegó a su archivo se llevó una gran sorpresa.

La maestra de segundo año escribía: Juan es un niño brillante con una sonrisa espontánea y sincera. Realiza sus desempeños con esmero y tiene buenos modales; es un deleite tenerlo cerca.

Su maestra de tercer año escribió: Juan es un excelente alumno, apreciado y querido por sus compañeros, pero tiene problemas en casa debido a la tensa relación de pareja que mantienen sus padres.

La maestra de cuarto año escribió: los constantes problemas en casa de Juan han provocado la separación de sus padres; su madre se ha refugiado en la bebida, y su padre apenas va a visitarle. Estas circunstancias están provocando un serio deterioro en su desempeño escolar, ya que no asiste a clase con la asiduidad y puntualidad característica, y cuando lo hace, provoca altercados con sus compañeros o se duerme.

En ese momento, la señorita Ángela se dio cuenta del problema, y se sintió culpable y apenada, sentimiento que creció cuando al llegar las fechas navideñas, todos los alumnos le llevaron los regalos envueltos en papeles brillantes y preciosos lazos, menos Juan, quién envolvió torpemente el suyo en papel de periódico. Algunos niños comenzaron a reír cuando ella encontró dentro de esos papeles arrugados, un brazalete de piedras al que le faltaban algunas cuentas, y un frasco de perfume a medio terminar. La señorita intentó minimizar las burlas que estaba sufriendo Juan, alabando la belleza del brazalete, y echándose un poco de perfume en el cuello y las muñecas.

Juan García se quedó ese día después de clase solo para decir: señorita Ángela, hoy oliste como cuando yo era feliz.

Después de que todos los niños se fueran, Ángela estuvo llorando durante una larga hora. Desde ese mismo día, renunció a enseñar solo lectura, escritura y aritmética, y comenzó a introducir la enseñanza de valores, sentimientos y principios a los niños. A medida que pasaba el tiempo, Ángela empezó a tomar un especial cariño a Juan, y cuanto más trabajaba con él desde el afecto y la comprensión, más despertaba a la vida la mente de aquél chavalín desaliñado. Cuanto más lo motivaba, más rápido aprendía, cuanto más lo quería, más comprendía. Y así, de este modo, al final del año, Juan se había convertido en uno de los niños más espabilados de la clase.

Un año después, la señorita Ángela encontró una nota de Juan debajo de la puerta de su clase contándole, que ella era la mejor maestra que había tenido en su vida.

Pasaron 7 años antes de que recibiera otra nota de Juan. Esta vez le contaba que había terminado la escuela y que había obtenido una de las calificaciones más altas de su clase, y que todavía ella era la mejor maestra que había tenido.

Pasaron 7 años, y recibió otra carta. Esta vez explicándole que no importando lo difícil que se habían puesto las cosas en ocasiones, y los esfuerzos que habían tenido que realizar para sacar adelante los estudios, había permanecido en la escuela y pronto se matricularía en la Universidad, asegurándole a la señorita Ángela, que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en su vida.

7 años más tarde recibió una carta más. En esta ocasión le explicaba que después de haber recibido su título universitario, decidió ir un poco más lejos, seguir estudiando y aprendiendo cosas nuevas. En la firma de su carta, llamaba la atención la longitud de su nombre: Dr. Juan García Corrales. En la posdata, aparecían las siguientes palabras: sigues siendo la mejor maestra que he tenido en mi vida.

Al poco tiempo, y sin Ángela esperárselo, le llegó otra carta en la que Juan le contaba que había conocido a una chica y que se iba a casar. Le explicó que su madre había muerto hacía poco tiempo, y le preguntó si accedería a sentarse en el lugar reservado para la madre del novio. Por supuesto, ella aceptó.

Para el día de la boda, Ángela se vistió con sus mejores galas, se puso aquél brazalete de piedras faltantes que un día Juan le regalara, y se aseguró de usar el mismo perfume que le recordaba a Juan los tiempos de la felicidad.

Cuando llegó el día señalado, y se vieron las escalinatas de la iglesia, el Doctor Juan García, apenas reconocerla, se disculpó de sus acompañantes y se dirigió diligentemente hacia donde ella le miraba con emocionada admiración. Con una sonrisa cómplice se fundieron en un amoroso abrazo, mientras el Doctor le susurraba al oído: Gracias señorita Ángela por creer en mí. Muchas gracias por hacerme sentir importante y por enseñarme que yo podía marcar la diferencia. La señorita Ángela con lágrimas en los ojos, le contestó: Juan, estás equivocado. Tú fuiste quien me enseñó que yo podría marcar esa diferencia. No sabía como enseñar hasta que te conocí.

FIN

Ojalá cada niño que tengáis en vuestras manos se convierta en Juan García. Juan García médico, Juan García arquitecto, Juan García albañil, camionero, pintor… pero sobre todas las cosas Juan García Feliz.

"Amarte como me amo a mi mismo es buscar oírte como quisiera ser escuchado al igual que comprenderte como quisiera ser comprendido" - David Augsburger.

"Las 4 leyes de la espiritualidad"

En la India se enseña las “Cuatro Leyes de la Espiritualidad”

La primera dice:

"La persona que llega es la persona correcta", es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.

La segunda ley dice:

“Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido”.

Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante.

No existe el: “si hubiera hecho tal cosa…hubiera sucedido tal otra…”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante.

Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.

La tercera dice:

“En cualquier momento que comience es el momento correcto”.

Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.

Y la cuarta y última:

“Cuando algo termina, termina”.

Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.

Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegue a nuestras vidas hoy; es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado!

Vive Bien, Ama con todo tu Ser y se Inmensamente Feliz!

“Si un día tienes que elegir entre el mundo y el amor, Recuerda:

Si eliges el mundo quedarás sin amor,

pero si eliges el amor,

con él conquistarás al mundo”

Albert Einstein


http://www.mentecuantica.com/2010/01/4-leyes-de-la-espiritualidad/

domingo, 24 de octubre de 2010

Y colorín colorado


"Y colorín colorado este cuento aún no se ha acabado" nos habla de los finales y los eternos comenzares de la vida. De los viejos círculos que se cierran y de los nuevos círculos que se abren, de todas las posibilidades, de todos los principios y de todos los finales que hay en el transcurso de la existencia humana, y por sobre todo esto, de la importancia que tiene vivir la vida...¡hasta el final!" (http://www.dupeyron.net/index2.html)

Inicio este escrito sobre el libro de Odín Dupeyrón "Y colorín colorado este cuento aún no se ha acabado", tomando la parte final de la sinopsis que viene en la página del autor porque me parece que ilustra de forma exacta el contenido del mismo, de cual escribo a continuación para que tú te des cuenta del valor que tiene el libro y te intereses en su lectura con el único propósito de que te ayude a comprender muchas cosas que nos acontecen en la vida y así reflexionando te ayude a vivir mejor.

La pertinencia de esta "reseña" dentro de este espacio sistémico es porque a través de este cuento apreciamos claramente la influencia del entorno dentro del sistema, y cómo éste actúa y se autorregula en respuesta a dicha interacción.

El libro nos platica el cómo un narrador que es el mismo escritor, interactúa con los personajes de su propio cuento, iniciando con una princesa que está encerrada en un castillo y que es custodiada por su propio miedo encarnado en un dragón, la princesa espera alguna señal para poder salir hasta que decide salir y ahí comienza la parte central de la historia, que es en donde la protagonista de la historia se enfrenta a una serie de situaciones y sensaciones que le harán comprender mejor su realidad y la toma de decisiones que realiza vendrán acompañadas de consecuencias que se tienen que asumir; para el final del cuento el narrador nos platica del desenlace poco esperado pero muy significativo además de muy enriquecedor a nivel personal..., algunas ideas que puedes encontrar implícitas y explícitas en la historia son:

  • Sólo tú puedes decidir lo que va a acontecer con tu vida.
  • El miedo puede ser un obstáculo o una ventaja si lo sabes utilizar.
  • Lo importante es el tiempo presente, el pasado ya no se puede modificar.
  • Lo único que nos permite saber si tomamos la decisión adecuada es el tiempo.
  • Nuestra verdadera riqueza está en la experiencia y lo que hacemos con ella.
  • Nuestro mayor poder está en el control de la actitud propia.
Personajes: Escritor, Princesa Odái, Dragón del miedo, Abejorro, Bonsái, El Cañón del viento, Pía, Tiempo, Bravo (perro), Príncipe Azul, Niña Odáicita, Bono, Gotz, Yára, Prudencia, Zoé, Yeva

Este libro lo trabajé con mis alumnos del posgrado en comunicación y relaciones públicas del Centro Universitario en Periodismo y Publicidad en la asignatura "Entorno político y socio-económico de las organizaciones", para que antes de entender en lo específico al entorno, conocieran la relación general que guarda el entorno con el sistema desde una perspectiva integral.

Te mando un afectuoso saludo desde México, esperando que esta dinámica sistémica se mantenga en pro de una educación integral en donde podamos apreciar el panorama con una perspectiva libre de juicios y realizando nuestra labor viendo lo que es y no lo que no es.

Atentamente.

Guillermo Lora Santos - Tipster
México - oct/2010.

lunes, 18 de octubre de 2010

¿Insolencia? Dr. Mario Rosen


Buen día, les comparto este artículo que me llegó por correo electrónico del Dr. Mario Rosen, muy interesante que nos invita a la reflexión, saludos.




En mi casa me enseñaron bien. Cuando yo era un niño, en mi casa me enseñaron a honrar dos reglas sagradas:

Regla N° 1: En esta casa las reglas no se discuten.
Regla N° 2: En esta casa se debe respetar a papá y mamá.

Y esta regla se cumplía en ese estricto orden. Una exigencia de mamá, que nadie discutía... Ni siquiera papá. Astuta la vieja, porque así nos mantenía a raya con la simple amenaza:

"Ya van a ver cuando llegue papá". Porque las mamás estaban en su casa. Porque todos los papás salían a trabajar.... Porque había trabajo para todos los papás, y todos los papás volvían a su casa.

No había que pagar rescate o ir a retirarlos a la morgue. El respeto por la autoridad de papá (desde luego, otorgada y sostenida graciosamente por mi mamá) era razón suficiente para cumplir las reglas.

Usted probablemente dirá que ya desde chiquito yo era un sometido, un cobarde conformista o, si prefiere, un pequeño fascista, pero acépteme esto: era muy aliviado saber que uno tenía reglas que respetar.

Las reglas me contenían, me ordenaban y me protegían. Me contenían al darme un horizonte para que mi mirada no se perdiera en la nada, me protegían porque podía apoyarme en ellas dado que eran sólidas. Y me ordenaban porque es bueno saber a qué atenerse… De lo contrario, uno tiene la sensación de abismo, abandono y ausencia. Las reglas a cumplir eran fáciles, claras, memorables y tan reales y consistentes como eran "lavarse las manos antes de sentarse a la mesa" o "escuchar cuando los mayores hablan".

Había otro detalle, las mismas personas que me imponían las reglas eran las mismas que las cumplían a rajatabla y se encargaban de que todos los de la casa las cumplieran. No había diferencias. Éramos todos iguales ante la Sagrada Ley Casera.

Sin embargo, y no lo dude, muchas veces desafié "las reglas" mediante el sano y excitante proceso de la "travesura" que me permitía acercarme al borde del universo familiar y conocer exactamente los límites. Siempre era descubierto, denunciado y castigado apropiadamente.

La travesura y el castigo pertenecían a un mismo sabio proceso que me permitía mantener intacta mi salud mental. No había culpables sin castigo y no había castigo sin culpables. No me diga, uno así vive en un mundo predecible.

El castigo era una salida terapéutica y elegante para todos, pues alejaba el rencor y trasquilaba a los privilegios. Por lo tanto las travesuras no eran acumulativas. Tampoco existía el dos por uno. A tal travesura tal castigo. Nunca me amenazaron con algo que no estuvieran dispuestos y preparados a cumplir.

Así fue en mi casa. Y así se suponía que era más allá de la esquina de mi casa. Pero no. Me enseñaron bien, pero estaba todo mal. Lenta y dolorosamente comprobé que más allá de la esquina de mi casa había "travesuras" sin "castigo", y una enorme cantidad de "reglas" que no se cumplían, porque el que las cumple es simplemente un estúpido (o un tonto, si me lo permite).

El mundo al cual me arrojaron sin anestesia estaba patas para arriba. Conocí algo que, desde mi ingenuidad adulta (sí, aún sigo siendo un ingenuo), nunca pude digerir, pero siempre me lo tengo que comer: "la impunidad". ¿Quiere saber una cosa? En mi casa no había impunidad. En mi casa había justicia, justicia simple, clara, e inmediata. Pero también había piedad.

Le explicaré: Justicia, porque "el que las hace las paga". Piedad, porque uno cumplía la condena estipulada y era dispensado, y su dignidad quedaba intacta y en pie. Al rincón, por tanto tiempo, y listo... Y ni un minuto más, y ni un minuto menos. Por otra parte, uno tenía la convicción de que sería atrapado tarde o temprano, así que había que pensar muy bien antes de sacar los pies del plato.

Las reglas eran claras. Los castigos eran claros. Así fue en mi casa. Y así creí que sería en la vida. Pero me equivoqué. Hoy debo reconocer que en mi casa de la infancia había algo que hacía la diferencia, y hacía que todo funcionara. En mi casa había una "Tercera Regla" no escrita y, como todas las reglas no escritas, tenía la fuerza de un precepto sagrado.

Esta fue la regla de oro que presidía el comportamiento de mi casa:

Regla N° 3: No sea insolente. Si rompió la regla, acéptelo, hágase responsable, y haga lo que necesita ser hecho para poner las cosas en su lugar.

Ésta es la regla que fue demolida en la sociedad en la que vivo. Eso es lo que nos arruinó. LA INSOLENCIA. Usted puede romper una regla -es su riesgo- pero si alguien le llama la atención o es atrapado, no sea arrogante e insolente, tenga el coraje de aceptarlo y hacerse responsable. Pisar el césped, cruzar por la mitad de la cuadra, pasar semáforos en rojo, tirar papeles al piso, tratar de pisar a los peatones, todas son travesuras que se pueden enmendar... a no ser que uno viva en una sociedad plagada de insolentes. La insolencia de romper la regla, sentirse un vivo, e insultar, ultrajar y denigrar al que responsablemente intenta advertirle o hacerla respetar. Así no hay remedio.

El mal de nuestra sociedad es la insolencia. La insolencia está compuesta de petulancia, descaro y desvergüenza. La insolencia hace un culto de cuatro principios:

- Pretender saberlo todo
- Tener razón hasta morir
- No escuchar
- Tú me importas, sólo si me sirves.

La insolencia en mi país admite que la gente se muera de hambre y que los niños no tengan salud ni educación. La insolencia en mi país logra que los que no pueden trabajar cobren un subsidio proveniente de los impuestos que pagan los que sí pueden trabajar (muy justo), pero los que no pueden trabajar, al mismo tiempo cierran los caminos y no dejan trabajar a los que sí pueden trabajar para aportar con sus impuestos a aquéllos que, insolentemente, les impiden trabajar. Léalo otra vez, porque parece mentira. Así nos vamos a quedar sin trabajo todos... Porque a la insolencia no le importa, es pequeña, ignorante y arrogante.

Bueno, y así están las cosas. Ah, me olvidaba, ¿Las reglas sagradas de mi casa serían las mismas que en la suya? Qué interesante. ¿Usted sabe que demasiada gente me ha dicho que ésas eran también las reglas en sus casas? Tanta gente me lo confirmó que llegué a la conclusión que somos una inmensa mayoría. Y entonces me pregunto, si somos tantos, ¿por qué nos acostumbramos tan fácilmente a los atropellos de los insolentes? Yo se lo voy a contestar.

PORQUE ES MÁS CÓMODO, y uno se acostumbra a cualquier cosa, para no tener que hacerse responsable. Porque hacerse responsable es tomar un compromiso y comprometerse es aceptar el riesgo de ser rechazado, o criticado. Además, aunque somos una inmensa mayoría, no sirve para nada, ellos son pocos pero muy bien organizados. Sin embargo, yo quiero saber cuántos somos los que estamos dispuestos a respetar estas reglas.

Le propongo que hagamos algo para identificarnos entre nosotros. No tire papeles en la calle. Si ve un papel tirado, levántelo y tírelo en un bote de basura. Si no hay un bote de basura, llévelo con usted hasta que lo encuentre. Si ve a alguien tirando un papel en la calle, simplemente levántelo usted y cumpla con la regla 1. No va a pasar mucho tiempo en que seamos varios para levantar un mismo papel.

Si es peatón, cruce por donde corresponde y respete los semáforos, aunque no pase ningún vehículo, quédese parado y respete la regla.

Si es un automovilista, respete los semáforos y respete los derechos del peatón. Si saca a pasear a su perro, levante los desperdicios.

Todo esto parece muy tonto, pero no lo crea, es el único modo de comenzar a desprendernos de nuestra proverbial INSOLENCIA. Yo creo que la insolencia colectiva tiene un solo antídoto, la responsabilidad individual. Creo que la grandeza de una nación comienza por aprender a mantenerla limpia y ordenada. Si todos somos capaces de hacer esto, seremos capaces de hacer cualquier cosa…

Porque hay que aprender a hacerlo todos los días. Ése es el desafío. Los insolentes tienen éxito porque son insolentes todos los días, todo el tiempo. Nuestro país está condenado: O aprende a cargar con la disciplina o cargará siempre con el arrepentimiento.

¿A USTED QUÉ LE PARECE? ¿PODREMOS RECONOCERNOS EN LA CALLE?

Espero no haber sido insolente. En ese caso, disculpe.

Dr. Mario Rosen

(¿Sería muy insolente si le pido que lo reenvíe?)

Compartido con mucho cariño...
Guillermo Lora Santos - Tipster
octubre 2010.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Todo pasa...

Amigos, en esta ocasión les presento una reseña personal del libro de Martha Alicia Chávez: "Todo pasa... y esto también pasará" - Cómo superar las pérdidas de la vida. / En este texto, que a mi parecer está genial por la sencillez, la practicidad y la claridad con las que la autora maneja el proceso del duelo, nos transmite o al menos eso pasó con un servidor, un cambio en la manera de ver las cosas, una enseñanza de vida para ayudarnos a vivir mejor...

Es curioso que a pesar de que el tema central del libro trata sobre pérdidas y como vivir el duelo, se expresan de manera implícita otro tipo de enseñanzas que le proveerán al lector otra perspectiva de la vida que está viviendo y cómo la está viviendo.

La autora nos maneja ejemplos sencillos y cotidianos que nos permiten comprender de mejor manera los conceptos y procesos que se mencionan en el libro.

Anoto a continuación algunos fragmentos del libro para poder ilustrar de mejor manera esta sinopsis:

"La doctora Elisabeth Kübler-Rose, quien ha trabajado a profundidad con enfermos terminales, es quizá la pionera y quién más ha aportado al estudio del proceso del duelo y sus etapas, las cuales, según ella, son básicamente cinco:

Negación.- es la resistencia a aceptar la pérdida, se refiere a la dificultad para aceptar una realidad que nos duele, que no nos gusta, que quisiéramos que no fuera así.

Ira.- rabia e indignación que en alguna medida sentimos cuando perdemos algo o a alguien.

Negociación.-intentamos negociar porque suponemos que podemos tener control sobre lo que está sucediendo, cambiar las cosas o hacer que el otro cambie de opinión; la verdad es que cuando la pérdida es un hecho, lo que ofrecemos al negociar ya no puede cambiar el rumbo, la decisión del otro o las circunstancias; lo mejor que podemos hacer entonces es aceptar la realidad y seguir adelante.

Dolor o depresión.- la pérdida provoca dolor. Las grandes pérdidas nos muestran esa noche oscura, en la cual no encontramos consuelo, no tenemos esperanza, no vemos soluciones, ni respuestas, ni puertas de salida; en las que se está muriendo una parte nuestra, y esa muerte interior desgarra el cuerpo y el alma.

Aceptación o resolución del duelo.-la magia llega después de la tempestad, esa, la magia, es la aplicación voluntaria y consciente de las leyes de la vida en una armoniosa aceptación de que lo que es, es, que en lugar de quererlo cambiar, fluimos con ello; le damos permiso de ser eso que ya es, y entonces sucede la magia, los cambios profundos, espontáneos, reales, permanentes, esos que no sabemos cómo sucedieron pero que sabemos sucedieron.


De las etapas mencionadas, es importante señalar que no van en secuencia, y podemos vivir en diferentes etapas de manera simultánea e ir de una a otra inclusive de forma entrelazada.

Otras ideas de entre las muchas que el libro en cuestión contiene y que a mi en lo personal me movieron por dentro y que me gustaría compartirles:

"... "hay espacios de tristeza y el dolor que sólo Dios puede tocar". Y en esa "noche oscura del alma", en esa soledad y desamparo, en esa desolación y desesperación, el grito silencioso que el alma emite es oído, y entonces suceden las cosas sorprendentes que, con seguridad, alguna vez en tu vida has presenciado...las llamamos milagros."


"Los sueños, entonces, tienen que ver contigo mismo, pero las expectativas tienen que ver con otros o con ciertas circunstancias que no están bajo tu control.

Dicho de otra forma, necesitas que otro quiera, decida y haga determinadas cosas o que las circunstancias se presenten de determinada forma para que se cumpla tu deseo, por lo que su realización no depende de ti.

Por eso es tan desgastante tener expectativas, por eso hacen sufrir y hay que dejarlas ir, hacerlo es un acto de respeto al libre albedrío del otro, a su derecho de tomar sus decisiones y a su libertad para elegir cómo quiere relacionarse contigo. Además es un acto sabio de respeto por el flujo natural de la vida, una forma de entender que por algo están sucediendo las cosas así, aunque no te guste y no lo puedas comprender conscientemente.

Por lo tanto, ¡no dejes ir la esperanza!, ¡no dejes ir tus sueños!, pero por tu propia paz, ¡deja ir tus expectativas!"


"No tengas miedo de los tiempos difíciles, acuérdate que pasan, y cuando lleguen déjalos estar, aprende la lección que te traen, envuélvete en su misterio para que encuentres el tesoro que albergan en lo profundo".



Ojalá se den la oportunidad de leer el libro, son de esas lecturas que nos hacen mucho bien porque nutren el intelecto y el alma..., porque no es un libro para leerse y ya, es un libro que hay que tomarlo como compañero, porque en todo momento será útil ya sea para nosotros o para los que nos rodean.

Dejo el correo electrónico de la autora para que la puedan contactar y hacerle llegar sus comentarios: marthaaliciachavez@yahoo.com.mx


Hasta siempre.

Guillermo Lora Santos - Tipster
sep-2010

domingo, 5 de septiembre de 2010

Ganar - Perder

La derrota no existe y tampoco la victoria, no sé cuándo comenzamos a querer que “unos ganaran y otros perdieran” lo cierto es que esa práctica no ha sido del todo benéfica para el colectivo y lejos de generar hermandad la desmiembra y la desmorona, no estoy seguro ni tengo el conocimiento para asegurar que el sentirse más que los demás sea una condición intrínseca del ser humano, el caso es que está presente en la mayoría de nuestras actividades, el ejercicio del control y poder por unos cuantos viendo por los intereses de la cúpula y no de la mayoría, vencedores burlándose de los vencidos, ganadores aplastando a los perdedores y los de alrededor festejando los triunfos de los otros al igual que la contraparte sufriendo por la derrota que adoptan como propia y esperando con ansia la revancha porque “la venganza es dulce”.

No sé a quién se le ocurrió dividirnos en dos partes, en dos lados, en dos miradas; quizás fue alguien muy inteligente que se dio cuenta que el poder está en la no unión y que si divide nos vencería para su propio beneficio… y entonces compramos muy barata una idea que perdura hasta nuestros días… Quien diga que por eso hay blanco y negro, noche y día, luz y sombra…, éstos son complementarios y no dos opciones a elegir una…

Yo afirmo que hay que revertir esa condicionante…, no se puede cambiar de la noche a la mañana, pero si podemos y tenemos que mirarlo de otra manera…NO HAY PERDEDOR NI GANADOR, simplemente cada uno vive una experiencia diferente…, cualquiera que sea…, siempre es para bien…

Un abrazo sistémico e integral a todos…

Guillermo Lora Santos – Tipster – agosto 2010.

sábado, 17 de abril de 2010

Dibs

Estudiando en el CUDEC (México) la Maestría en Pedagogía Sistémica, nos recomendaron la lectura del libro: "DIBS, en busca del yo", muchos de mis compañeros de clase (Maestros y Terapeutas) ya lo habían leído y por sus comentarios respecto al libro, alentaron a los que no lo conocíamos a leerlo y fue así que lo adquirí en la librería, pero al principio he de reconocer, no me atrapó su lectura, terminé la maestría y siguió guardado con apenas 20 páginas leídas y fue justo hace unos días que lo volví a ver y empecé a leerlo durante mis trayectos en el Metro y a diferencia de la primera ocasión, esta vez su lectura me cautivó y es entonces que comprendí muchas otras cosas sobre lo aprendido en Pedagogía Sistémica y es por eso que aprovechando este espacio de difusión que se los recomiendo tanto a Maestros como a Terapeutas, estoy seguro que será de mucha utilidad en el reforzamiento de esa mirada sistémica que buscamos y que estoy seguro, nos permitirá evolucionar mejor para ser unos verdaderos artífices que coadyuven en su quehacer con el de los demás.


En la contraportada se puede leer: Es un niño...se llama DIBS. No quiere hablar. No le gusta jugar. Está solo. En estas páginas, la doctora Axline refiere cómo este pequeño conquistó su camino de regreso al mundo de los demás niños.



Algunas ideas extraídas del libro las quiero compartir con ustedes, no son las únicas ni las más importantes, son las que a su servidor le impactaron más acorde a la circunstancia del momento de la lectura:
  • "Cuando la iniciativa se deja al individuo, éste seleccionará aquello dentro de lo que siente mayor seguridad. Cualquier aspaviento de sorpresa o de alabanza podría ser interpretado como indicación de la ruta que él debiera tomar, y cerrarse así otras áreas de exploración que podrían resultar mucho más importantes para él."
  • "El hecho de evitar hacerle frente a este factor (adverso) de realidad no lo ayudaría: necesitaba desarrollar fuerza para enfrentar a su mundo y esa fuerza debería surgir de él y él tenía que experimentar personalmente esa habilidad para encarar su ámbito tal y como éste era. Todos los cambios de importancia deberían salir de él. Nosotros no podíamos influir en su mundo exterior para cambiarlo."
  • "Un niño obtiene sus sentimientos de seguridad mediante limitaciones predecibles, sólidas y reales."
  • "El valor de cualquier experiencia terapéutica satisfactoria en mi opinión, depende del equilibrio que se mantiene entre lo que el individuo trae a las sesiones y lo que se lleva."
  • "En mi opinión, el valor terapéutico de esta clase de psicoterapia se basa en que el niño experimente por sí mismo que es una persona capaz y responsable, dentro de una relación que se trata de comunicarle dos verdades básicas: que nadie en realidad sabe tanto acerca del mundo interior de un ser humano como el individuo mismo, y que la libertad responsable crece y se desarrolla dentro de la persona. El niño debe aprender primero, respeto por sí mismo y ese sentido de dignidad que surge del entendimiento de su propio ser, que va aumentando antes de que pueda aprender a respetar a las personalidades y los derechos y las diferencias de otros."
  • "Ahora enfrentado con la desaparición de símbolos concretos, yo esperaba que él experimentara dentro de sí mismo confianza y adecuación, al encarar su desilusión y al darse cuenta de que las cosas que están fuera de nosotros cambian, y que muchas veces tenemos muy poco control sobre esos elementos, pero que si sabemos utilizar nuestras reservas interiores, llevamos seguridad en nosotros mismos."
  • "... las complejidades de las motivaciones y de la conducta humana se hacen patentes una y otra vez . No existe una única experiencia aislada, o un único sentimiento que active los patrones de reacción; siempre hay una acumulación de experiencias entretejidas con emociones profundamente personales, metas, valores, que motivan al individuo y que determinan su reacción."
  • "¿Quién puede amar, respetar, comprender a otra persona si ella misma no ha disfrutado esas experiencias básicas?"
  • "Cuando se fuerza a un niño a probar que es capaz, los resultados suelen ser, a menudo, desastrosos. Un niño necesita amor, aceptación, comprensión; se le destruye cuando se le enfrenta al rechazo, a la duda y a las pruebas interminables."
  • "¿Qué ventaja hay en los elevados logros intelectuales, si no se pueden aprovechar en forma constructiva para el bien del individuo y para el bien de los otros?"
  • "Hay demasiados niños superdotados que se desarrollan en forma dispareja y que terminan mal, en sus mundos solitarios. Inteligencias de tal superioridad crean serios problemas de desajuste emocional y social. Es necesario hacer frente a todas las necesidades básicas del niño y ofrecerle desahogos adecuados y equilibrados para la inteligencia superior."
  • "Había un profundo sentimiento de seguridad dentro de él; estaba construyendo un sentido de responsabilidad hacia sus sentimientos, y los que abrigaba, de odio y venganza, se habían templado con la misericordia. Dibs estaba formando un concepto del ser, mientras buscaba entre las enredadas ramas de sus sentimientos confusos; podía odiar y podía amar; podía condenar y perdonar. Estaba aprendiendo, a través de la experiencia, que los sentimientos pueden torcerse y darse vuelta y perder sus puntas agudas. Estaba aprendiendo control responsable y cómo expresar lo que sentía. A través de este conocimiento de sí mismo que iba en aumento, tendría libertad para utilizar de manera más positiva su capacidad y sus emociones."
  • "Quizás haya más comprensión y belleza en la existencia cuando la deslumbrante luz del sol está matizada por la sombra; quizás haya más profundidad en una relación que se ha debatido en medio de algunas tormentas. Toda experiencia que jamás desilusiona ni entristece ni conmueve resulta insípida, pues encierra pues encierra escaso reto o poca variación en el color. Quizás cuando experimentamos esa confianza, fe y esperanza que se materializan ante nuestros ojos es cuando construimos dentro de nosotros una sensación de fuerza interior, de valor y seguridad."
  • "¿Qué propósito tienen los exámenes después de todo? - ¿Son para aumentar nuestro adelanto educacional?, ¿o son acaso instrumentos para provocar sufrimiento y humillación a una persona que trata de salir adelante?
  • "Una madre a quién se respeta y se acepta con dignidad, puede ser también sinceramente expresiva cuando sabe que no se le va a criticar ni a culpar.

Lo que me parece trascendente de estas ideas y del texto en general es que son de aplicación general y vigente con todos los individuos y no exclusivamente de niños o niños especiales.


Este libro me ha dejado muchas enseñanzas, un aprendizaje que quiero ponerlo en práctica como ser humano y como docente. Muchas gracias Virgina M. Axline, muchas gracias Dibs.


Ojalá haya sido de su agrado esta breve reseña y espero también podamos seguir en contacto porque este proyecto del blog de P.S. no es mío, es de todos y cada uno de ustedes que lo nutren con su lectura, sus visitas y sus comentarios; les mando un fuerte abrazo desde México y quisiera tomar una frase scout para despedirme en esta ocasión de ustedes: "tú y yo somos de la misma sangre". Saludos.


Todo el texto entrecomillado forma parte del libro:
Dibs, en busca del yo, Virginia M. Axline, Editorial Diana, 26a.Impresión, Junio 1997, México.


Guillermo Lora Santos. - Tipster - abril-mayo 2010.

sábado, 6 de marzo de 2010

El aula vacía...


Hola a todos mis amigos de P.S., hoy les comparto un caso que quizás ya hayan vivido y que sería de enorme utilidad poder contar con sus comentarios...

Caso: Escuela Privada a nivel Licenciatura de la carrera de Mercadotecnia, nivel socioeconómico medio ubicada en el D.F. en la zona norte, alumnos (cuatro) de octavo semestre, todos varones y de edad promedio de 20 años. Resulta que llevamos 6 clases y a cuatro sesiones han faltado todos, incluyendo a la primera, es extraño porque no sólo han faltado a mi materia, también a otras, por lo que descarto que tenga algo que ver conmigo en particular, quizás con lo que yo represento si, ya que tengo como señalamiento por parte de la institución el cubrir 100 minutos de clase como mínimo (las sesiones son de dos horas), de ahí que fijé una tolerancia de 15 minutos para no ponerles falta y sin embargo si permitirles el acceso, de ahí surgió una demanda de parte de los alumnos de que la extendiera a 20 minutos, tras mucho dialogar así se quedó, pero el caso es que no llegan tarde, simplemente no asisten ni conmigo ni con otros profesores.

Me queda claro que el grupo ha sido estigmatizado, si bien son chicos inteligentes, no les gusta respetar las reglas, por lo que veo en cada uno de ellos, al parecer tienen una problemática que involucra al papá, sin embargo, no es mi área de competencia y sólo me limito a deducir a través de las dos clases en las que hemos podido estar juntos y que han sido muy interesantes para ellos - según sus propias aseveraciones - por los debates tan intensos que se han suscitado y siempre terminamos con un buen sabor de boca.

Al iniciar el semestre se me encomendó al grupo por ser un grupo indisciplinado, por lo que se me indicó ser más estricto con ellos, siendo yo el instrumento (y quizás los demás maestros) para poder encauzar a los chicos, empero esto no creo que sea lo más adecuado, hasta donde he podido diagnosticar, me parece que la Institución (Universidad) tendría que trabajar con los chicos por separado para identificar la problemática particular y buscar rescatar a la mayoría, de lo contrario, seguiremos teniendo chicos enojados y situaciones que no nos llevan a ninguna parte.

Es muy triste ver aulas vacías, pero también es triste ver aulas con alumnos indisciplinados...ambas situaciones generan siempre conflictos que impactarán tarde que temprano a nuestra sociedad.

Les mando un abrazo deseando que la Pedagogía sistémica avance cada vez más por el beneficio común.

Saludos desde México, les agradezco todos sus comentarios, apostaciones y visitas al blog: http://tipster-pedagogia-sistemica.blogspot.com/

Guillermo Lora Santos.
marzo 2009.

miércoles, 27 de enero de 2010

COMO EVALUAR AL SISTEMA EDUCATIVO



¿Cómo poder evaluar nuestras escuelas?

No podemos calificar nuestras escuelas según nuestros logros y fracasos durante los años cursados hasta el día de la graduación. En cambio debemos calificarlas de acuerdo a los logros en nuestras vidas por medio de algunas de estas preguntas:

¿De qué manera me ha ayudado la información recibida a vivir mi vida?

¿Puedo mirar hacia atrás y mirar mis logros pasados con un sentido de orgullo y de logro?

¿Puedo decir que mi educación me ha ayudado a vivir mi vida al máximo?

¿Me enseñó como hacer del mundo un lugar mejor o vivo en una sociedad de falta de educación y respeto?

¿Pasé mi vida o paso mi vida en un trabajo que me gusta o gustaba?

¿Gané o gano lo suficiente pera una manutención apropiada mía y de mi familia?

¿Me enseñó la educación a desarrollar las habilidades que me ayudaron o me ayudaran a disfrutar de una alta calidad de vida?

Si no te engañas a ti mismo podrás encontrar las respuestas a estas preguntas y encontrarás que nuestro sistema educativo es un verdadero fracaso, cada vez hay un mayor número de personas que sufre en lo económico y en lo profesional, ha aumentado el número de personas que viven en la desesperación, con sueños rotos o incumplidos y en la raíz de todo esto están los métodos arcaicos de nuestro sistema educativo, métodos anticuados aplicados tan temprano en nuestra vida bajo la apariencia de educación garantizan virtualmente una adultez infeliz.

En nuestros años escolares estábamos sujetos no a un sistema de educación, sino a un sistema de eliminación y lamentablemente ese sistema continúa funcionando. En lugar de ayudarnos a desarrollar lo mejor que hay en nosotros, este sistema nos ha enfrentado unos a otros donde solo los más aptos sobreviven y entoncés por ser los más aptos hacemos uso de cualquier tipo de artimañas y no de nuestro potencial.

En lugar de salir de la escuela confiados de contar con las capacidades para que nos vaya bien en la vida, la mayoría se han graduado heridos y disminuidos en sus capacidades penosamente mal preparados para los desafíos que encontramos en el mundo adulto. En la mayoría de las escuelas encontramos estudiantes que acumulan las calificaciones mas altas y son una biblioteca a lo largo de su educación y aun así no tener siquiera un entendimiento básico de las habilidades relacionadas con el dinero necesarias para prosperar en nuestra sociedad.

Nos enseñan que si nos va bien en la escuela también nos irá bien en la vida “mentirototota”. La amarga ironía es que en realidad lo que nos enseñan en la escuela puede encoger nuestra capacidad innata de logro, en nuestra sociedad existe cada vez un mayor número de personas ganando menos, logrando cumplir menos objetivos y no porque eran malos estudiantes sino porque fueron los buenos y entonces estos se preguntan ¿como es posible que el éxito en la escuela te conduzca al fracaso? El problema es que las repercusiones de lo que nos enseñan en la escuela no se evidencian hasta alrededor de los 35 años, cerca de 20 años después de haberse graduado de la secundaria es cuando la mayoría se da cuenta que sus objetivos y sueños están en manos de los que se dieron cuenta que con la educación escolar no iban a llegar muy lejos y decidieron educarse por su cuenta. Estos efectos negativos son creados por un sistema escolar basado en era era agraria, y estas creencias que evidentemente son equivocadas en un mundo que ya no existe.

Nadie cuestiona los grandes beneficios de la educación en el mundo moderno a todos nos ha traído cosas buenas en lo particular en la tecnología ha mejorado la calidad de nuestras vidas de diversas maneras. El problema es que mientras la sociedad y la tecnología han cambiado, la educación simplemente no va a la par, ha caído en un estado de estancamiento y se ha convertido en un criadero de los peores males que nuestra sociedad enfrenta actualmente, la educación podría y debería ser la principal arma de disuasión contra la delincuencia lo lamentable es que mucho de lo que enseña la escuela hoy en día la incrementa.

A las personas les importa más la calificación que el aprendizaje, el sistema educativo enseña que responder bien es más importante que aprender lo que no sabes, la escuela recompensa por contestar bien y penaliza por cometer errores.. Si hoy en día entras a una clase dudo que halles mucho entusiasmo lo que encontraras es aburrimiento y miedo, los estudiantes están aburridos y estresados porque la emoción por el aprendizaje ha sido extirpada de la escuela. El pensamiento creativo, la curiosidad por mas conocimientos y el estimulo de descubrir algo nuevo no existen mas. Los estudiantes no son motivados por el proceso de aprender sino por el miedo a ser castigados (reprobados), la educación se volvió un proceso aburrido y de memorización.

La educación actual te puede tener atrapado en alguna de estas situaciones:

Plataforma de ingresos- carece de capacidad de generar más ingresos, puede trabajar más y más tiempo pero las necesidades de su familia sobrepasan por mucho sus ingresos.

Plataforma para ascender-comienza a notar que personas mas jóvenes son ascendidas mientras que usted parece haber llegado tan alto como sea posible su nuevo supervisor es alguien con menos experiencia que usted porque es claro que a esa persona mas joven se le puede explotar más y pagar menos.

Obsolencia profesional- estudio mucho para aprender una habilidad, oficio o profesión, pero de pronto la demanda para su tipo de capacitación o aptitud esta disminuyendo o hay un numero creciente de personas con la misma formación por lo consiguiente aumenta la demanda y disminuye el valor laboral.

La escalera correcta junto a la pared equivocada- ha planeado cuidadosamente su desarrollo profesional y ha comprometido su vida a una empresa. Su escalera en la cima es sólida pero el problema es que coloco la escalera en una pared que se esta cayendo.

Le pagan mal, pero ama su trabajo- su trabajo lo satisface pero su familia esta pagando el precio. A menudo se escucha “el dinero no lo es todo” mientras tanta usted y su conyugue no duermen pensando en como pagar las cuentas, y sabe que su jubilación será una pesadilla y no el sueño que le enseñaron debía ser.

Le pagan bien pero odia su trabajo – en esta categoría hay tres tipos de personas, pero todos comparten ciertos temas o afirmaciones como: “no puedo darme el lujo de renunciar” “lo hago por mis hijos” “unos años mas hasta que me jubile puedo soportarlo”

El primer tipo es -el síndrome prostituido-sacrifica su cuerpo (salud), alma y mente por dinero no le importa la que haga mientras este ingresándole mucho dinero.

El segundo tipo es – el del interés perdido- aquí puede ganar mucho dinero el problema es que sus intereses han cambiado talvez es usted doctor eligió muy temprano serlo pero cuando llego a los 30 se dio cuenta de que sus intereses habían cambiado.

El tercer tipo es -el tradicionalista-aquí siguieron los pasos de sus padres asumiendo por presiones los negocios de la familia o porque nunca se detuvieron a considerar otra cosa.

Le pagan mal y odia su trabajo- aquí se encuentra la mayoría esta categoría es la peor victima del sistema educativo. Esta gente pasa su vida en trabajos que odian y por los que reciben retribuciones insuficientes viven a un paso de la esclavitud.

Los eternos estudiantes de primer año- cuando el acenso no llega o sus sueños no se materializan inmediatamente la vida se torna aburrida y entonces deciden que la solución a su problema es volver a estudiar y si todo el tiempo y no llegan a ninguna parte y lo único que tienen para mostrar por sus esfuerzos es una pared llena de diplomas y una lista creciente de desilusiones.

Los futuros ganadores de la lotería- lo único que se parece a la planificación financiera comienza con la lotería, las carreras o los casinos. Las personas se frustran por lograr el éxito y entonces esperan ser bendecidas con un premio gordo.

El delincuente- ladrones de calle y de guante blanco. Muchos ladrones de guante blanco son personas con altos estudios y muy codiciosas que trabajan en negocios importantes y en el gobierno y hasta las religiones tienen su porción de tramposos. No hay duda la desesperación fuerza a muchas personas a entrar en el camino del crimen y son concientes de elegir el delito como forma de vida.

Opciones que disminuyen con la edad- a medida que crecemos en lugar que la vida se vuelva mas interesante, abrir mejores opciones y dar mas libertad se vuelve mas estrecha con la edad , la jubilación no incrementa con los gastos y la inflación.

La clase del ocio- aquí hay dinero y tiempo de sobra la mayor parte son personas de mas de 50 años pero casi todos contribuyen casi nada o muy poco con la sociedad que le hizo posible la buena vida no comparten su conocimiento y sabiduría con la sociedad que las necesita tanto.

Vivir la vida a través de sus hijos- muchos padres que no pudieron conseguir el éxito mantiene bajo presión a sus hijos para que consigan lo que ellos no pudieron pero también suelen encontrar mucha rebeldía.

Le encanta su trabajo y tiene dinero y tiempo- este es un grupo pequeño pero creciente en la forma en que encuentran la forma de salir del sistema actual y de formas de trabajo tradicionales .el mayor reto de estas personas es romper el hipnotismo con el que crecieron desde la infancia, se dieron cuenta que la educación no sirve si no logra enseñar las creencias y destrezas que nos preparan para vivir con éxito en nuestra época.

Información compartida por: Guadalupe Ramírez (guram17@hotmail.com)